Por Sandro ROJAS FILÁRTIGA
Aspectos extraídos del libro MEMORIAS DE UN COMBATE
CARLOS SANABRIA – Hijo de Víctor Sanabria
“Montoneros tenía un claro objetivo, robar armas para matar a otros argentinos”
De esa tarde recuerdo secuencias, imágenes sueltas que impactaron mucho en mi vida. Tenía 7 años.
La casa en la que vivíamos quedaba justo enfrente de la guardia, dentro del Barrio Militar. Aquel domingo se desarrollo un almuerzo en el cual estaban todos mis tíos y abuelos. Mi papá pidió permiso y pudo compartir ese momento familiar junto a nosotros.
Los recuerdos son confusos, vienen a mi cabeza como flashes. Del almuerzo saltan al momento que se produce el ataque. Las detonaciones, los tiros y el humo que salía de la Guardia. Teníamos una visión “privilegiada”, nuestra casa estaba a 150 metros en línea recta hacia donde se combatía ferozmente.
Los gritos de mamá y el llanto de mi hermanita que era una bebe de 11 meses retumban al día de hoy en mi cabeza. Mamá estaba desesperada, sentía que a su marido lo estaban matando.
Otra imagen que tengo grabada es de las personas que entraban en la guardia. Tenían vestimenta tirando de un gris a un azul. Entraban corriendo y disparando.
Por mi mente pasan escenas sueltas como de una película de guerra. La diferencia era que nosotros estábamos dentro de ella.
Pero el recuerdo más fuerte es el momento en que me despido de mi papá, cuando un tío mío me levanta sobre el cajón y le doy el último beso.
Con el correr de los años, el hecho de no tenerlo a papá y de la forma en que lo perdí, o lo perdimos como familia, me marco muy fuerte. Cada día que pasa me siento más orgullo de él, el orgullo de haber tenido un papá que dio la vida por la Patria, que no tuvo la menor duda en dar la vida por nosotros para que podamos vivir en un país libre y en democracia.
Montoneros tenía claros objetivos, que eran apoderarse de las armas, armas iban a ser utilizadas para matar a otros argentinos, lo cual demuestra la cobardía de esta gente que entraron a matar a sangre fría.
A pesar del dolor que siempre me invade por la pérdida de mi padre quiero rescatar algo muy importante, fundamental para mi, que es lo que nos dio nuestra madre, la crianza, el ejemplo de vida y fundamentalmente no nos crio con odio, ni con resentimiento. Mi hermana y yo estamos agradecidos y orgullosos también de ella.
Mi madre fue una mujer valiente, ella lucho para darnos todo, pero fundamentalmente nos inculcó el respetar al prójimo, nos enseñó que no teníamos que odiar a nadie, de que no teníamos que tener revancha con nadie.
A lo largo de toda su vida recordó a su esposo en forma permanente, a diario honraba su memoria. Él le había pedido que si fallecía primero, cuide a sus hijos, que nos brinde la mejor educación.
Mamá falleció en 2013, partió con un dolor muy grande, el que no hayan reconocido a mi papá ni a los muchachos que dieron su vida por la Patria, guardaba esa tristeza en lo más profundo de su corazón.
Siempre desee que las personas que dirigieron los destinos del país a lo largo de todos estos años se hubiesen acercado a ella para, al menos, consolar su dolor, para cerrar las heridas y buscar la reconciliación.
Ella no buscaba un reconocimiento económico, quería un reconocimiento moral, eso se hubiese convertido en la punta de hilo para llevar a nuestro querido y bendito país a una unidad y una reconciliación definitiva.
Yo tengo un sueño, como hijo de un héroe y como hijo de una mujer valiente, anhelo que en este país de una buena vez podamos cerrar heridas.
Acá murieron militares, murieron civiles, murieron niños, murieron ancianos, murió gente que tenían un común denominador, eran todos argentinos, y yo creo que ya es momento que nuestra querida Argentina pueda dar un cierre definitivo a parte de su historia,
El 5 de octubre, marco un antes y un después en nuestra amada provincia.
Formosa era una provincia tranquila, con mucha paz social, que no vivía la vorágine que vivía el país en ese momento y acá se demostró que sus hombres, hombres valientes, estaban a la altura para defender las instituciones en un gobierno democrático.
El orgullo que tenemos los formoseños es que los soldados que defendieron el Regimiento estaban a la altura de la circunstancias, fueron valientes que pusieron el pecho y dieron la vida por la Patria y por la Bandera.
A los trece Valientes de Formosa va todo mi reconocimiento, y mi gratitud.
*Fragmentos del Capítulo perteneciente al libro MEMORIAS DE UN COMBATE de Sandro Rojas Filártiga.
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Asimismo el libro es complemento del documental LOS VALIENTES DE FORMOSA
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