Las instalaciones militares pertenecientes a la XIIda Brigada de Monte rodeadas de la abundante vegetación de la selva misionera fueron el escenario en el que se entrenaron los efectivos de estas tropas de operaciones especiales.
En ese marco, los montaraces debieron combinar diversas técnicas de combate urbano, incorporando técnicas para la aproximación lejana y cercana en el monte.