Por que dieta no significa abstinencia y comer sano no es gastar más, si no cocinar distinto.
Por el SG Mariano Ricardo SMORZEÑUK, Escuela de Infantería
En estos tiempos de cuarentena, la responsabilidad de cambiar nuestros hábitos, nos llevó a una rutina sedentaria. Esto nos obliga a considerar una disciplina al momento de elegir nuestros alimentos de manera equilibrada, para poder nutrirnos adecuadamente sin sufrir alteración en nuestro peso corporal y por ende el deterioro de nuestra salud.
No es lo mismo comer un choripán con gaseosa, que un bocadillo de pan integral con un bife a la plancha y una porción de fruta. El aporte de calorías, aunque aparentemente es similar, la fuente de la que proceden es totalmente distinta. En el segundo ejemplo, las calorías proceden de fuentes alimentarias que además nos aportan fibra, vitaminas y minerales, mientras que el primer menú nos aporta principalmente azúcar y grasas saturadas, relacionadas con enfermedades cardiovasculares.
La forma de preparar los alimentos es fundamental para reducir el aporte calórico de los platos: comer pescado al horno acompañado de verduras es mejor que pescado rebozado con salsa. Las recetas culinarias deben ser sencillas, utilizando la plancha, el horno y con poca condimentación evitando el uso de sal.
La comida chatarra contiene, por lo general, altos niveles de grasas, sal, condimentos o azúcares (que estimulan el apetito y la sed, lo que tiene un gran interés comercial para los establecimientos que proporcionan ese tipo de comida) y numerosos aditivos alimentarios, como el glutamato monosódico potenciador del sabor o la tartrazina (colorante alimentario).