Por el Teniente Coronel de Infantería CARLOS MARÍA FRAQUELLI
RESUMEN
El valiente general Eduardo Racedo desarrolló, producto de una vocación manifestada desde su temprana edad, una prolífica carrera militar. Su participación en hechos de armas de la Guerra del Paraguay y durante sus años de servicio en la frontera, fueron forjando el carácter de un jefe que más tarde descollaría durante la Campaña al Río Negro y en el ejercicio de la función pública. Su entrega sin limitaciones al régimen del servicio, transformó a este ejemplar soldado y conductor del arma de infantería, en un modelo digno de ser imitado en cuanto a virtudes militares se refiere.
PALABRAS CLAVES
3ra División Expedicionaria – Batallón 10 de Infantería de Línea – Campaña al Río Negro – Conquista al Desierto – Covunco – Eduardo Racedo – Ejército Argentino – Regimiento de Infantería de Montaña 10 “Tte Grl RACEDO”
Eduardo Racedo ingresó al Ejército Argentino en 1860, siendo apenas un adolescente. Comenzó su brillante carrera militar como aspirante en la compañía de granaderos del Batallón 2 de Infantería de Línea, unidad por donde también pasaron oficiales de la talla de Francisco Borges, José Miguel Arredondo y Manuel Rosseti, que luego se distinguirían por su valentía en la Guerra del Paraguay.
Por esos años, Racedo vivía en Rosario con su familia. Su padre, un catamarqueño que se había establecido inicialmente en Paraná, se dedicaba al comercio de frutos del país, con cierta prosperidad que le había permitido dar buena educación a Genaro, el hermano mayor de Eduardo Racedo, quien se formó en el prestigioso “Colegio del Uruguay” (fundado en 1849 por el general Justo José de Urquiza). Luego de la muerte de la madre de Racedo, la familia quedaría en la miseria al producirse el desafortunado hecho del naufragio del barco que llevaba la fortuna en mercadería de la familia a Buenos Aires, hecho que los obligó a trasladarse a Rosario en búsqueda de trabajo.
Ya en Rosario, el joven Eduardo Racedo, trabajaría como dependiente en un almacén y como cobrador de la casa Salas y Paz.
En abril de 1860, llegó a la ciudad de Rosario una división del ejército al mando del coronel Emilio Mitre. En ella revistaba Genaro Racedo, ya con 26 años de edad y con el grado de capitán. Genaro se dirigió a saludar a su hermano menor y sabiendo de su vocación por la carrera de las armas, lo presentó ante el coronel Mitre, con quien mantuvo el siguiente dialogo:
– Tiene Usted buena planta, ¿quiere ingresar al ejército? –preguntó el coronel.
– Sí, señor –respondió el joven Racedo.
– ¿Quiere ser teniente? –volvió a preguntar el coronel, viendo en su interlocutor a un joven despierto y bien desenvuelto.
– No, señor –respondió Racedo.
– ¿Cómo? ¿Qué quiere ser entonces? –dijo Don Emilio, creyendo que el joven tenía mayores pretensiones.
– Señor coronel, para saber mandar es necesario saber obedecer y deseo empezar desde el primer escalón, de soldado distinguido –expuso Racedo.
– Bueno, muchacho, te felicito –dijo finalmente Mitre con tono paternal.
Ya dentro del ejército, este entrerriano nacido el 14 de octubre de 1843 en Paraná, participó como subteniente en la batalla de Pavón con el Batallón 2 de Infantería de Línea, el 17 de septiembre de 1861, formado parte luego, de las filas del ejército del Estado de Buenos Aires que marcharon a Corrientes para apoyar los movimientos locales a favor de los porteños.
2. RACEDO EN LA GUERRA DEL PARAGUAY
Eduardo Gutiérrez en su obra “Croquis y Siluetas Militares”, al escribir la semblanza de Racedo y relatar su actuación en la Guerra del Paraguay, refiere con su prosa vivaz y elocuente que una vez iniciado este conflicto “el capitán Racedo marchó en el 2 de línea, ya con el grado de sargento mayor”, agregando que “todo el ejército sabe que no se ha quemado un solo cartucho en la guerra del Paraguay, sin la presencia del 2 de línea”, y dejando un claro testimonio de que con el fogueado Batallón 2 de Línea, “Racedo tomó parte en todas las batallas hasta el año 67”1.
En el ataque sorpresivo que las fuerzas paraguayas llevaron a cabo el 2 de mayo de 1866 en Estero Bellaco, en donde el desconcierto fue tal que el mismo general Venancio Flores, a punto de ser capturado, tuvo que montar su caballo descalzo luego de perder a su asistente en su propia carpa, Racedo se presentó al combate con su compañía perfectamente formada.
Racedo también estuvo presente aquel 24 de mayo de 1866, cuando los ejércitos aliados de Argentina, Brasil y Uruguay, acampados en Tuyutí, fueron sorprendidos por un audaz ataque paraguayo que fracasó gracias a la rápida y enérgica reacción de los defensores. En dicha acción, Racedo en pleno combate cuerpo a cuerpo con un jinete paraguayo y habiendo caído boca abajo en el barro, salvó su vida gracias a la oportuna intervención de un soldado de su compañía que logró ultimar al agresor.
Durante las acciones del combate del Boquerón, que tuvieron lugar los días 16, 17 y 18 de julio de 1866, el “mayor Borges al mando del 2 de Infantería, porque su jefe el comandante Orma mandaba la brigada, recibió un balazo en el hombro y continuó serenamente en su puesto”2, hasta que al día siguiente fue necesario evacuarlo al hospital de campaña para su atención, quedando la unidad al mando de los capitanes Racedo y Sáenz, quienes dirigieron la ejecución de una retirada en perfecto orden y sin dejar de abrir fuego certero contra el enemigo, que no paraba de presionarlos.
Además de Estero Bellaco, Tuyutí y Boquerón, Racedo participó con el 2 de Línea en el año 1865 en la toma de Corrientes, en la batalla de Yatay, en la rendición de Uruguayana, y el 22 de septiembre de 1866 en el trágico y épico asalto a la fortaleza paraguaya de Curupuaití.
Para fines de 1867, ya recibiendo la efectividad de su grado de sargento mayor, Racedo fue nombrado segundo jefe del Batallón 12 de Infantería de Línea (que más tarde sería el 10 de Infantería de Línea), asumiendo la jefatura de dicha unidad en forma interina y luego efectiva en reemplazo del coronel Lucio V. Mansilla, y participando con ese cuerpo de la ocupación de Humaitá, el 25 de julio de 1868.
3. PRIMERAS ACCIONES EN LA FRONTERA SUR Y PARTICIPACIÓN EN ENFRENTAMIENTOS INTERNOS
A comienzos del año 1869, Racedo ya ascendido al grado de teniente coronel graduado, pasó a guarnecer la frontera sur y sudeste de Córdoba con el Batallón 12 de Línea, avanzando hasta el Río Cuarto y estableciéndose en el Fuerte Sarmiento, en junio del mismo año. Fue así que “empezó a descollar en la guerra de los indios, como había descollado en la guerra regular”3.
En abril de 1870, Racedo marchó a Entre Ríos para enfrentar a las fuerzas federales del general Ricardo López Jordán, quien se había sublevado contra el gobierno nacional del presidente Domingo F. Sarmiento. Luego de combatir en la batalla del Sauce, en la sorpresa y toma de Villa Urquiza y en la batalla de Santa Rosa, oportunidad en que el “entonces comandante Racedo se batió bravamente en esa campaña”4, retornó marchando con sus fuerzas a guarnecer la frontera sur y a realizar varias expediciones contra los indios ranqueles.
El 1 de abril de 1873, el teniente coronel Racedo fue nombrado jefe del Batallón de Infantería de Línea 10 y desde su asiento en Río Cuarto, debió marchar otra vez a Entre Ríos para sofocar una nueva rebelión de López Jordán. En esta campaña, Racedo participó en varios combates de guerrillas y en la batalla de Don Gonzalo, que puso fin a dicha rebelión.
Durante el año 1874, Racedo con su batallón permaneció en la frontera sur y sureste de Córdoba, en Río Cuarto, hasta que en septiembre de ese año y al haber estallado una revolución contra el presidente Sarmiento, con el 10 de Infantería como unidad base se conformó el Ejército del Norte, que fue puesto al mando del coronel Julio Argentino Roca y cuyo jefe de Estado Mayor fue el mismo Racedo. Con esas fuerzas, el coronel Roca libró, en tierras mendocinas, la batalla de Santa Rosa el 7 de diciembre de 1874, derrotando a las fuerzas revolucionaras del general José Miguel Arredondo. En esta acción, Racedo “mereció el honor de ser ascendido a coronel sobre el campo de batalla”, ya que “mandó la Brigada de Caballería en el ala derecha del dispositivo de combate,…mereciendo figurar en el parte por su comportación”5.
En julio de 1875, Racedo fue nombrado Jefe de las Fronteras Sur del Interior y desde el sur de Córdoba dirigió por esos años, varias expediciones. En 1877 y 1878 derrotó a la tribu del cacique Ramón Cabral, y a los ranqueles Baigorrita y Epumer, tomando prisionero a este último cacique, junto con varios de sus indios de pelea.
4. LA 3ra DIVISIÓN DE RACEDO EN LA CAMPAÑA DE ROCA DE 1879
Como parte de la maniobra ofensiva concebida para materializar la ocupación efectiva del territorio patagónico e incorporarlo al Estado Nacional (Conquista al Desierto), el general Julio Argentino Roca conformó cinco divisiones que se pusieron en movimiento a partir de abril de 1879, dando inicio a la Campaña al Río Negro.
La 3ra División fue puesta a órdenes del coronel Eduardo Racedo y estaba integrada por 18 jefes, 88 oficiales, 1.256 efectivos de tropa y 116 familiares de los expedicionarios. Los cuerpos o unidades que conformaban esta división eran: la Plana Mayor de la 3ra División, los Batallones N° 3 y N° 10 de Infantería de Línea (al mando de los tenientes coroneles Rudecindo Roca y Sócrates Anaya respectivamente), los Regimientos N° 4 y N° 9 de Caballería de Línea, una Compañía de Indios Auxiliares de Sarmiento Nuevo, un Piquete de Indios Auxiliares de Santa Catalina, un Escuadrón de Ranqueles y fracciones menores de indios amigos de Cuyupán y Simón6.
El 3 de marzo de 1879, el general Roca envió las instrucciones a las que debía sujetarse el jefe de la 3ra División del Ejército Expedicionario. En su primer párrafo, estas órdenes expresaban: “El Coronel Racedo se pondrá en marcha el 10 de abril próximo con las fuerzas de Sarmiento y Villa de Mercedes y se dirigirá a situarse en el paraje de Poitahué, donde hará un Campamento General”. Detallaba además, que se debían desprender “partidas para hacer una descubierta completa en todo el territorio de la región ranquelina”7 y ordenaba disposiciones de detalle para el estudio topográfico del territorio explorado, a ser efectuado por el ingeniero al servicio de la división y daba instrucciones particulares para comunicarse con el resto de las fuerzas y recibir futuras órdenes del Ministro de la Guerra en campaña, es decir del mismo general Roca.
En cumplimiento de las órdenes recibidas, las fuerzas de Racedo se dedicaron a combatir a los indios hostiles, a liberar cautivos, a recuperar ganado robado y a realizar un exhaustivo y minucioso reconocimiento del terreno. Como parte de las operaciones, las tropas de la 3ra División del Ejército Expedicionario, lograron capturar varios centenares de indios de pelea de la tribu del cacique Baigorrita, a quien acorralaron contra las fuerzas de la 4ta División del Ejército Expedicionario, comandada por el coronel Napoleón Uriburu, quienes finalmente dieron muerte al cacique rebelde al no querer rendirse.
Las últimas tropas de la división de Racedo finalizaron sus operaciones en el desierto el 27 de setiembre de 1879, cuando al son de repiques, cohetes y de manifestaciones de júbilo de los pobladores, ingresaron triunfalmente a la ciudad de Río Cuarto.
El problema de la viruela
Entre los problemas de salud e higiene que debieron afrontar los expedicionarios al desierto por esos años, tuvo lugar un importante brote de viruela. La división del coronel Racedo tenía entre sus efectivos como Cirujanos de la División, a los doctores Benjamín Dupont y Luis Orlandini, quienes desempeñaron una notable tarea en todo lo referente a la sanidad militar, proporcionando atención médica tanto a los soldados de la división, como a los indios amigos y a los capturados prisioneros.
En su diario, el día 17 de mayo 1879, el coronel Racedo refiere que “…en la División no se desarrolla aún la viruela, que tan alarmados nos tenía después de los primeros casos que ocurrieron”, y explica las medidas adoptadas para combatir esta enfermedad y su propagación: “A todos los indios prisioneros, se les hizo inocular la vacuna, a fin de evitar la propagación de tan funesta enfermedad, que podía muy bien diezmar la fuerza.”8.
Para mediados de agosto, Racedo anota en su diario que la viruela estaba “…haciendo estragos, no ya solamente entre los pocos indios que quedaron en el campo, sino que se hacía extensiva a nuestros soldados”. Ante esta situación alarmante y para evitar la propagación de la enfermedad, el coronel Racedo convocó a los mencionados Cirujanos de la División (doctores Dupont y Orlandini) a su carpa de Comandante en Jefe para analizar las medidas a adoptar.
Finalizada dicha reunión, ambos cirujanos elaboran un informe escrito que lleva la firma del doctor Luis Orlandini y en donde citan las “medidas higiénicas más oportunas respecto a la epidemia de viruela que desde tiempo azota a esta División”, destacando como “axiomas higiénicos” o “dogmas medicinales” los siguientes: 1) “practicar las revacunaciones en los tiempos de epidemia; debiendo de otro modo someterse a esta operación cada diez años”; 2) Realizar “la vacunación de los indios de más de 20 años de edad hasta los 40, porque este período de la vida aumenta la facilidad, más que en cualquier época de la vida, de contraer la viruela”; 3) “Una vacunación negativa en un adulto no permite de concluir que se halla libre de viruela”; 4) “Una primera viruela no asegura siempre una segunda; las revacunaciones son útiles también cuando hace varios años que un individuo ha padecido de aquella enfermedad…”9.
Posteriormente en otro informe escrito referido a las novedades generales de sanidad de la división, que el médico doctor Luis Orlandini elevó en campaña al coronel Racedo a finales de agosto de 1879, detalla lo siguiente: “…mientras en los Indios prisioneros hubo muchos casos de viruela, pocos tuvieron los Indios amigos y menos todavía los Cuerpos; el número de los muertos en la misma proporción. No hay la menor duda que esto es debido, más que al alimento y a las condiciones higiénicas, a la falta de vacunación”10.
En los documentos escritos por Racedo y sus cirujanos divisionales, se leen en repetidas oportunidades palabras como epidemia, vacunación, aislamiento, separación e incubación, al referirse al problema de la viruela con que debieron lidiar más de ciento cuarenta años atrás. Muchos de estos términos y los procedimientos a que se refieren, volvieron a ser empleados en los años 2020 y 2021 al irrumpir la pandemia del COVID-19, donde la presencia del Ejército Argentino está siendo de crucial importancia para mitigar sus efectos y llevar alivio a la población.
5. ÚLTIMAS PARTICIPACIONES MILITARES Y SU DESEMBARCO EN LA FUNCIÓN PÚBLICA
Finalizada la campaña al desierto, el coronel Racedo debió participar de las acciones para sofocar la rebelión del gobernador de Buenos Aires Carlos Tejedor, quien en junio de 1880, se había sublevado contra las autoridades nacionales. Racedo, a cargo de un cuerpo de ejército, participó del combate de Olivera, librado en la campaña bonaerense el 17 de junio, en donde con una hábil maniobra hizo huir al ejército porteño hasta Luján. “Racedo le ha dispersado y tomado prisioneros 8.000 hombres, sin contar los muertos y heridos de la persecución”11, en un combate corto, poco sangriento y conducido con audacia. Con motivo de esta acción, el presidente Nicolás Avellaneda le envió un telegrama que expresaba: “Recibo noticia de su victoria. Este día será contado en su vida y llevará su nombre en la historia de nuestro país”12.
Días más tarde, el coronel Racedo volvió a entrar en combate en la zona del Riachuelo, tomando con sus tropas las posiciones rebeldes del Puente Alsina, poniendo fin a la revuelta porteña de Tejedor.
El 9 de julio de 1880, Racedo ascendió al grado de coronel mayor, regresando en octubre a la Comandancia de la Frontera Sur del Interior, función que había ejercido con anterioridad y en donde permanecería hasta el año 1883, ejerciendo el cargo que desde 1881 paso llamarse Subinspector del Ejército de Córdoba y Santa Fe, y con el cual el 3 de noviembre de 1882, ascendió a general de división. Durante este período de servicio en la frontera, Racedo fundó el pueblo de Victorica (en la actual provincia de La Pampa).
Racedo gobernador de Entre Ríos
El 1 de mayo de 1883, el general Racedo fue elegido gobernador de la provincia de Entre Ríos, sucediendo en el cargo al coronel José Francisco Antelo, un simpatizante de Urquiza que también había combatido contra las tropas rebeldes del general López Jordán.
Inmediatamente asumida la gobernación provincial, Racedo convocó a la Convención Constituyente del 83, en donde se reformó la carta magna provincial de 1860. Ese mismo año, también trasladó la capital provincial, que por entonces funcionaba en la cuidad de Concepción del Uruguay, a la ciudad de Paraná.
Al gobierno del general Racedo se le debe la creación del Banco Provincial y la construcción del Ferrocarril Central Entrerriano, que partiendo del Paraná atravesaba las ciudades de Nogoyá y Tala, terminando en el Uruguay.
Racedo dio mucha importancia a la educación. Creó el Consejo Provincial de Educación, nombrando como presidente al italiano Pedro Scalabrini, quien tendría la iniciativa de fundar el Museo de Paraná. También, durante su gobierno de proclamó a la educación primaria como laica, gratuita y obligatoria, aplicando políticas educativas que el mismo Domingo Faustino Sarmiento calificaría de progresistas.
Otras obras destacadas de Racedo como gobernador fueron: el fomento de las colonias agrícolas, la ampliación de las autonomías de los municipios, la conformación del sistema previsional para empleados del estado provincial y la creación del Registro del Estado Civil de las Personas.
Racedo dos veces ministro y sus últimas intervenciones públicas
En enero de 1887, luego de cuatro años de ejercer como gobernador, Racedo renunció a su cargo para reemplazar al general Nicolás Levalle al frente del Ministerio de Guerra y Marina, durante la presidencia del doctor Miguel Ángel Juárez Celman. Ocupó este puesto hasta abril de 1888, fecha en que renunció y fue reemplazado nuevamente por el general Nicolás Levalle.
Tiempo después, Racedo, quien revistaba en la Lista de Oficiales Superiores, fue nombrado como comandante en jefe del Cuerpo de Reserva acantonado en la Capital Federal, y con ese cargo combatió a los rebeldes que se sublevaron contra el gobierno nacional en la Revolución del Parque, en julio de 1890.
En febrero de 1897, Racedo fue nombrado Jefe del Estado Mayor General, cargo que ejerció hasta mayo del mismo año, revistando en la Lista de Oficiales Generales y siendo promovido en 1904, al grado de teniente general.
A partir del 1 de enero de 1907, el general Racedo conforma la Lista de Guerreros del Paraguay, pasando a situación de retiro por edad el 14 de octubre de 1908, a los 65 años y con más de 48 de servicio activo en el Ejército Argentino.
Finalizada la primera década del siglo XX, durante la presidencia del doctor José Figueroa Alcorta, el general Racedo volvió a asumir el ministerio castrense, que para ese entonces se denominaba Ministerio de Guerra, ocupándolo entre marzo y octubre de 1910, Fue en esa oportunidad que “el general Racedo mandó en jefe las fuerzas que formaron el 25 de mayo de 1910, con motivo del Primer Centenario de nuestra emancipación política”13.
6.CONSIDERACIONES FINALES
Respecto a las medallas recibidas por el general Racedo a lo largo de su distinguida carrera, se puede decir que “ostentó las siguientes condecoraciones: medalla de plata por la toma de Corrientes; medalla del mismo metal por la batalla de Yatay; medalla por la toma de Uruguayana; cordones de plata por la batalla de Tuyutí; escudo de plata por el asalto de Curupuaytí; medalla de oro por la terminación de la guerra del Paraguay; otra por la misma causa otorgada por el Gobierno del Brasil y la medalla de oro por la campaña del Río Negro”14.
En la ya mencionada semblanza escrita por Eduardo Gutiérrez y haciendo referencia a las distinciones recibidas en combate por Racedo, este autor señala que: “Sobre su noble pecho figuran todas las condecoraciones de la guerra del Paraguay, y por Dios que han sido bien ganadas. Al prendérselas en los días de grandes fiestas, el general Racedo debe sentir su corazón conmovido con justo orgullo, pues ellas representan todas sus penurias, sus miserias y sus peligros”15.
En la ya mencionada semblanza escrita por Eduardo Gutiérrez y haciendo referencia a las distinciones recibidas en combate por Racedo, este autor señala que: “Sobre su noble pecho figuran todas las condecoraciones de la guerra del Paraguay, y por Dios que han sido bien ganadas. Al prendérselas en los días de grandes fiestas, el general Racedo debe sentir su corazón conmovido con justo orgullo, pues ellas representan todas sus penurias, sus miserias y sus peligros”16.
El entonces coronel Racedo aparece inmortalizado en el monumental óleo del pintor rioplatense Juan Manuel Blanes, llamado“Ocupación militar del Río Negro en la expedición al mando del General Julio A. Roca”(conocido como “La Conquista del Desierto”) realizado en el año 1889 y que puede verse en el dorso de los billetes de cien pesos. En esta obra, este distinguido artista uruguayo logró plasmar una representación artística de la convergencia de las cinco columnas expedicionarias del general Roca en Choele Choel.
Entre los principales homenajes a Racedo, encontramos calles en localidades entrerrianas, un pueblo y una estación de ferrocarril en la misma provincia, una plazoleta en el barrio porteño de Palermo y el Regimiento de Infantería de Montaña 10 en la localidad neuquina de Covunco, que llevan el nombre de este ilustre y fogueado soldado de infantería.
Para cerrar este breve recorrido por la sacrificada y noble vida de este ejemplar soldado de la infantería argentina, y sólo para mencionar algunas de las tantas virtudes morales que lo distinguieron como jefe, en la ya mencionada semblanza que escribiera Eduardo Gutiérrez, queda resaltado que: “La honradez del general Racedo es proverbial: ahí está como prueba latente la administración de los cuerpos que ha mandado”. Y a continuación, el mismo autor, evidenciando la preocupación por la capacitación personal y por el saber de este ilustre general entrerriano, agrega: “El general Racedo está destinado a ser una de las más lucidas figuras del ejército, porque es un hombre que lee, lee mucho y comprende y aprecia los libros que estudia”17.
DATOS DEL AUTOR
Síntesis del Curriculum Vitae
El teniente coronel Carlos María Fraquelli es oficial de estado mayor del Ejército Argentino y del Ejército del Perú. Posee los grados de licenciado en Administración de Empresas, licenciado en Estrategia y Organización, posgrado de profesor universitario en Ciencias de la Administración y magister en Ciencias Militares obtenido en la Escuela Superior de Guerra del Ejército del Perú. Tiene las aptitudes especiales de tropas de montaña (cóndor dorado) y cazador de montaña, y las capacitaciones especiales de instructor de andinismo, instructor de esquí, e instructor de cazadores de montaña. Participó como integrante del Estado Mayor de la Misión de Naciones Unidas UNFICYP (Chipre) y fue nombrado como segundo jefe del Regimiento de Infantería de Montaña 11 «General Las Heras» y del Batallón Conjunto Argentino «Haití» 19, que fue desplegado en MINUSTAH. Se desempeñó como jefe del Batallón de Infantería del Colegio Militar de la Nación y como instructor invitado en el Centro Conjunto de Operaciones de Paz del Brasil (CCOPAB). Actualmente se desempeña como jefe del Regimiento de Infantería de Montaña 10 «Teniente General RACEDO».
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
NOTAS BIBLIOGRÁFICAS
1 “Croquis y siluetas militares”, año 1956, página 139.
2 “Cartas sobre la Guerra del Paraguay 1865-1866”, año 1907, página 92.
3 “Croquis y siluetas militares”, año 1956, página 140.
4 “Diccionario histórico y biográfico de la Republica Argentina”, año 1920, página 340.
5 “Biografías Argentinas y Sudamericanas”, año 1938, página 834.
6 Datos numéricos y denominaciones extraídos de: “Memoria militar y descriptiva sobre la Campaña de la 3ª División Expedicionaria”, año 1881, página 9.
7 “Memoria militar y descriptiva sobre la Campaña de la 3ª División Expedicionaria”, año 1881, página 4.
8 “Memoria militar y descriptiva sobre la Campaña de la 3ª División Expedicionaria”, año 1881, página 39.
9 “Memoria militar y descriptiva sobre la Campaña de la 3ª División Expedicionaria”, año 1881, página 177.
10 “Memoria militar y descriptiva sobre la Campaña de la 3ª División Expedicionaria”, año 1881, página 184.
11 “Racedo. Homenaje de la Ciudad de Paraná”, año 1933, página 43.
12 “Racedo. Homenaje de la Ciudad de Paraná”, año 1933, página 43.
13 “Biografías Argentinas y Sudamericanas”, año 1938, página 835.
14 “Biografías Argentinas y Sudamericanas”, año 1938, página 835.
15 “Croquis y siluetas militares”, año 1956, página 140.
16 “Racedo. Homenaje de la Ciudad de Paraná”, año 1933, página 43.
17 “Croquis y siluetas militares”, año 1956, página 141.
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