En Garupá, provincia de Misiones, el Regimiento de Infantería de Monte 30 realizó una actividad operacional que consistió en simular la toma de una base logística enemiga, aplicando técnicas de combate en localidades.
Para llevar a cabo el ejercicio, los integrantes de la Unidad se organizaron en diversas secciones: tren de combate, exploración, morteros pesados, y un puesto de comando táctico.
Como parte de las acciones, los infantes ejecutaron una marcha motorizada hasta la mencionada localidad misionera, donde los oficiales del Regimiento les ordenaron desplegarse por el monte y hacer contacto visual con el punto estratégico simulado.
Alcanzada la posición, los efectivos recurrieron a los métodos de ataque necesarios para apoderarse del lugar. De este modo, cumplieron con la meta específica de la ejercitación, enmarcada en el objetivo prioritario de adiestramiento operacional de las unidades.
Para comprender el verdadero alcance y la esencia del adiestramiento operacional en el monte, es importante saber que éste es un ambiente geográfico particular cuyas características propias condicionan la vida de las tropas en el terreno, los desplazamientos y las actividades de combate.
La vegetación exuberante, las temperaturas y humedad elevadas, y las intensas precipitaciones lo constituyen en un ambiente agresivo que genera un mayor desgaste del personal y un menor rendimiento de los medios.
Por tratarse de un terreno compartimentado, y debido a la reducida capacidad de observación, el combate debe ejecutarse a corta distancia, en numerosos encuentros separados en espacio.
Esto, sumado a las dificultades para la orientación y la navegación, requiere de un conocimiento profundo por parte del personal, e impone mayores exigencias a la conducción, responsable de coordinar la misión y el proceder del conjunto.