Por SANDRO ROJAS FILARTIGA
El 14 de junio de 1982, la Guerra de Malvinas llegaba a su fin. Luego de 74 días, la bandera británica volvía a flamear sobre las islas.
La feroz resistencia de los soldados argentinos no alcanzó para el triunfo final. Superado en cantidad de hombres y armamentos, las tropas defendieron hasta el último aliento cada metro de Malvinas. Finalmente, el pabellón nacional fue arriado de aquel amado suelo.
Ese mismo día comenzó otra guerra, un combate quizás más cruento que el que se presentó en 1982, una encarnizada lucha contra el olvido, el abandono y la indiferencia que muchos soldados cuyas heridas laceraban cuerpo y alma tuvieron que soportar.
La desmalvinización imperante desde el mismo 14 de junio fue atroz, el rotulo “chicos de la guerra” se instaló como un virus que se repetido hasta el hartazgo. Un rótulo que buscaba denigrar a los que habían dado todo durante la guerra. Muchos veteranos de guerra han manifestado que, en principio, sintieron que su lucha fue valorada más por el enemigo ingles que por sus propios compatriotas, para ello, solo basta mencionar una reflexión del comandante de la 5ta Brigada de Infantería Británica, General Wilson: “Al atardecer del 14 de junio sentimos una sensación de alivio porque luego de una larga y dura serie de combates, a lo largo de un terreno particularmente inhóspito, las cosas hayan terminado así. No nos cabe duda de que enfrentamos a soldados tenaces y competentes…muchos han muerto en sus puestos, nosotros también perdimos muchos hombres”
Malvinas fue una guerra justa, cruenta, dura, pero justa.
“Nada en la guerra es lindo” expresó el General Quevedo, Jefe del Grupo de Artillería Aerotransportada 4, quien combatió hasta el último minuto aquel 14 de junio, pero sobre guerras se han cimentado y fortalecido naciones en el mundo entero y como tal, las guerras deben ser afrontadas con la dignidad de una Nación que defiende su soberanía.
Malvinas fue una gesta sin lugar a dudas. La entrega de los que combatieron en 1982 fue heroica, muchos hombres han combatido incluso más allá de sus posibilidades, sabiendo que su acto de arrojo contaba con pocas chances de éxito.
Llevo muchos años trabajando en favor de la Causa Malvinas. Ella atraviesa mi vida diaria. He entrevistado a muchos Veteranos de Guerra y en sus palabras se percibe el orgullo, la emoción, el dolor y la esperanza.
De sus bocas he escuchado frases elocuentes, duras, pero lo que mas impactó son sus miradas cuando recuerdan la guerra, a sus compañeros, el dolor de su ausencia
El Veterano de Guerra del Regimiento de Infantería 3, Soldado Clase 62 Eduardo Gómez refiere aquel 14 de junio: “Sabíamos que todo había acabado, que volveríamos con vida al continente, pero con la mochila cargada de derrota, porque, ¿quién no quisiera tener hoy a nuestra bandera flameando en Malvinas? Tengo el profundo orgullo de decir que cumplimos con nuestro deber, con lo que nos ordenaron hacer”
Guillermo Anaya, Veterano de Guerra de Aviación de Ejército expresó: “Desearía que jamás existieran las guerras, pero me siento honrado de haber sido elegido para participar de ella”
El Soldado Clase 63 del Regimiento de Infantería 25 Víctor Bertone sostiene: “Muchos me llaman Héroes y no lo puedo aceptar, no me puedo considerar así. Héroes son los que dieron su vida por la Patria”
Las palabras de los que combatieron en Malvinas son insoslayables. Sus testimonios son indispensables para conocer la verdadera historia, plagada de hechos heroicos, de acciones más allá del deber.
Es muy difícil hablar de Malvinas sin haber tenido el honor de defender la Patria, pero hace muchos años, a través de mi trabajo me comprometí “combatir” por ella, con armas distintas a las utilizadas en 1982, pero con un solo objetivo, malvinizar, resaltando a los que dieron todo sin pedir nada a cambio.
La presión bulle en mi interior, tengo la necesidad imperiosa de dar a conocer lo que sucedió en Malvinas, y no cederé en ese ideal.
El 14 de junio es recordado como el Día de la Máxima Resistencia.
Ese día el los sonidos de la guerra dieron lugar a un silencio infinito, un silencio que en muchos combatientes perduro por años. En el sentimiento de los que combatieron se mezclan dolor y orgullo, está en nosotros honrar y recordar a los Héroes de Malvinas, ellos son nuestro ejemplo a seguir.
14 de Junio, Día de la Máxima Resistencia
SANDRO ROJAS FILÁRTIGA.
sandrorfilartiga@gmail.com