Entre el 12 de septiembre y 2 de octubre, los efectivos se ejercitaron operacionalmente en los campos de instrucción de Fanazul, a 20 km de la ciudad de Azul.
Los movimientos comenzaron con el traslado de vehículos de combate, desde la ciudad de La Plata hasta el terreno elegido para el adiestramiento. Una vez cerca del objetivo, los infantes marcharon a pie aproximadamente 20 km, hasta que tomaron contacto con los vehículos a rueda y oruga. Posteriormente, el personal planificó y emprendió una macha nocturna por la Ruta Provincial 80 recorriendo una distancia de 30 km, bajo estrictas normas de encubrimiento.
Días después, mientras el Regimiento realizaba ensayos de tiro con un cañón de 20mm y morteros de 81mm, al pie del cerro Bonete, se sumaron a las actividades los soldados, recientemente incorporados del Núcleo de Instrucción Básico.
Los fuegos de preparación estuvieron a cargo de la Sección Morteros Pesados; mientras el resto de la Unidad efectuaba la aproximación al objetivo e iniciaba el fuego con cañones de 20mm y ametralladoras desde la torre.
Dos días más tarde, se llevaron a cabo ejercicios nocturnos de tiro de combate con proyectiles trazantes; fueron protagonistas de estas acciones los apuntadores de ametralladoras MAG 7,62 mm.
Ya el 24 de septiembre por la madrugada, durante un ejercicio de nivel unidad, efectuó un ataque figurado a una localidad, logrando, de ese modo, medir durante cinco días el grado de adiestramiento alcanzado por el personal militar.
Al emprender el regreso, se inició el transporte de los vehículos mecanizados hacia La Plata; para ello, la Unidad se organizó por patrullas y se adiestró simulando una situación de aislamiento.